Cómo enamorarlas con vino
Un paseo embriagante por la naturaleza del hombre, del vino y cómo no... de la mujer.
viernes, 1 de febrero de 2013
lunes, 28 de enero de 2013
jueves, 17 de enero de 2013
martes, 15 de enero de 2013
Los amores, todos los
amores, los de la pasión de los amantes, los de la nostalgia, los de festejos y
los de los encuentros ocasionales necesitan de La Magia del Vino.
El amor de todos los días, ese que se desparrama en gestos repetidos, en siempre las mismas frases en donde las alegrías se mezclan con los enojos, necesitan del vino.
Por qué...
Porque, porque la Magia del Sol, del Agua, de las fermentaciones furiosas, de las maceraciones tímidas, de la guarda en barricas o botellas, son pura Magia.
Y no se puede vivir, a gusto, sin esperar algo de La Magia.
El amor de todos los días, ese que se desparrama en gestos repetidos, en siempre las mismas frases en donde las alegrías se mezclan con los enojos, necesitan del vino.
Por qué...
Porque, porque la Magia del Sol, del Agua, de las fermentaciones furiosas, de las maceraciones tímidas, de la guarda en barricas o botellas, son pura Magia.
Y no se puede vivir, a gusto, sin esperar algo de La Magia.
viernes, 11 de enero de 2013
Las montañas están llenas de fantasmas y magia
Juan y Pedro no son lo que alguna vez quisieron ser...
Juan se fue en los setenta a Davis, se maravilló con Napa Valley, volvió con las ideas y las ganas de hacer todo eso en Mendoza, esa Mendoza de hacer producir mucho a las plantas para hacer mucho vino de mala calidad.
No lo escucharon, peor que eso, le dieron un puesto menor en análisis de suelo.
Lo enterraron a Juan y a sus planes.
Juan se fue en los setenta a Davis, se maravilló con Napa Valley, volvió con las ideas y las ganas de hacer todo eso en Mendoza, esa Mendoza de hacer producir mucho a las plantas para hacer mucho vino de mala calidad.
No lo escucharon, peor que eso, le dieron un puesto menor en análisis de suelo.
Lo enterraron a Juan y a sus planes.
viernes, 21 de diciembre de 2012
Cómo se entra a un Cuento
Admitiendo
que frotar lámparas antiguas, caer en un avión en el desierto,
encontrar a un Conejo con chaleco y reloj, de bolsillo por supuesto y
reclamar un vestido, igual de obvio que el reloj, de fiesta, para ir al
baile en el Palacio, y hablar con sapos que reclaman ser Príncipes no es
cosa de todos los días ni parece serio, qué nos queda para entrar a un
Cuento.
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