miércoles, 16 de noviembre de 2011

Sólo háblame de amor

...esta noche,no me pidas nada
sólo endúlzame los oídos.
esta noche,no me pidas nada.
sólo háblame de amor...
(Patricia Sosa) Eso nos cuesta entender a los hombres, que somos lo que somos y, con suerte y esfuerzo, nos damos un tiempito en barrica de segundo uso para que no se nos noten los defectos.
En cambio las mujeres, no, las mujeres no son una, son tantas y diferentes, y por supuesto, imposible de preveer cuál aparecerá, si la imponente de tacos, medias oscuras, falda con tajo, escote vertiginoso, peinado sofisticado y mirada glacial, una cabernet sauvignon o una con borceguíes, bastones de marcha, todo el sol en el rostro y una decisión definitiva, de esas que te comen las muelas, una sirah, o a lo mejor una sauvignon blanc, puras risas, reflejos dorados del mar y besos sonoros en la mejilla.

O una Pinot Noir, difícil, caprichosa, que, con tiempo y lujos, qué duda, es la reina de la fiesta, champagne, cava, espumante.

Degustarlas es, primero que primero, estar muy atentos a lo que quieren.

Igual, ya lo decía Freud... Qué quieren las mujeres, no sé.

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