Todos
sabemos que Princesas y Príncipes son rodeados de gente muy especial que
los quiere para ellos y, a falta de castillos y catacumbas, los encierran
en botellas oscuras, les colocan corchos y, como si no alcanzara,
cápsulas.
Pero como no pueden con la vanidad les colocan etiquetas bellas que
cuentan una historia.
Por
suerte, de esa manera nos enteramos de este Cuento y, sin necesidad de
grandes epopeyas, podemos liberar a Princesas o a Príncipes y, como en
todos los Cuentos, comer perdices y vivir felices.
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