jueves, 19 de julio de 2012

Libro La Viña

Capítulo XXII

NADIE SE PUEDE MORIR EN MENDOZA SI NO SE SALE EN DIARIO LOS ANDES

La necrológica del diario Los Andes, no ahorra elogios, antecedentes y agradecimientos.




El aviso fúnebre de la familia es austero y clásico. Matías Orellana, que en paz descanse, su familia, su esposa Nidia, sus hijos Matías, Marysol, Nidia, sus nietos Matías, Marysol, Juan y Alina, la participación de la muerte y la casa velatoria... Boito Hermanos.

(nadie se muere tranquilo en Mendoza si no lo entierra Boito)

Parientes, empresas propias, proveedores, fundaciones, filantrópicas, reparticiones públicas, agentes de publicidad y todos en los avisos necrológicos de Los Andes.

Nadie quiere perder la oportunidad de reclamar una enorme amistad con Matías Orellana.

(como si en vida hubiera sido de todos los días acercase y palmearlo de sorpresa ni menos que menos tutearlo... ahora muerto, todos se acuerdan...)

El primer día en el diario un par de páginas, seguro que al otro día otro par y así, nadie faltará a la cita, por conveniencia, exhibicionismo o simple protocolo de estar allí, condoliéndose por la muerte de Matías Orellana.

La curiosidad de todos es ver si alguna de las "mujeres de la casa chica" se animan y colocan su aviso de desconsuelo.

Matías Orellana era, para todo, hombre prudente, sobrio pero atento a sus necesidades, gustos y medidas.

Y las mujeres siempre tuvieron su lugar.

Era de aquella estirpe de hombres que no tenían dudas de que en las peleas o en el amor valía todo, menos meterse con los vicios.

Jamás atacó a nadie por sus vicios o gustos diferentes.

Reconocía en él y en los demás, que hombre que no se arriesga a un vicio es porque le falta coraje y entrega.

Sabía que la mejor forma de atenderlos era pagando caro.

El lo hacía.

En Palermo Chico, desde siempre tenía su casa para sus queridas.

Bien atendidas, sólo reclama algo... discreción, si hay otro hombre nunca se tiene que enterar ni tampoco pueden mostrarse.

"Hagan lo que quieran, pero lejos de mi vista"


Cada tanto, las muda porque otra más joven viene a la casa de Palermo.

Nunca quedan huérfanas de cuidado, las instala en un buen departamento, con gastos generosos y liberadas de prometerle fidelidad.

Con eso se asegura la discreción.

Como con todas sus cosas, Humberto Giannacari era el encargado de los detalles.

Ahora mismo, fue el que llamó para dar la noticia y para advertir que seguramente muchos chismosos tratarán de sacar partido, que una sola palabra y ... "a la calle, con lo puesto..."

Igual siempre alguna salta del corral pero, el diario Los Andes, es amigo de sus amigos y el aviso de la enamorada desconsolada nunca sale.

La Bolsa de Comercio, de la que fue fundador y presidente ofrece sus instalaciones para la Capilla Mortuoria, la familia no lo acepta, insiste en las costumbres de siempre.

Lo velaron en la casa grande de calle Espejo y Mitre y al mediodía salió el largo cortejo hacia La Paz.

Una hora larga, lenta, de una fila interminable de autos.

Los primeros veinte, de negro riguroso, imponían un estilo de sobriedad y elegancia, los hombres de azul, negro o gris e incluso un par de mujeres con velos.

Los últimos, rastrojeros, camiones, camionetas, llenos de hombres y mujeres vestidos como para un domingo.

Era fácil advertir el dolor genuino o al menos, un poco más de miedo que el de todos los días.

Porque Matías Orellana, quizás no era el mejor patrón por lo que paga o por su preocupación por cada uno de ellos y sus necesidades, pero siempre, aún en las peores crisis, nunca se rinde y eso no es poco en un país como Argentina donde los patrones capaces de aguantar y, por qué no, incapaces de aprovechar para llevarse todo afuera, hay pocos.

Fue "el patrón" con lo bueno, lo malo que se espera de los patrones.

1 comentario:

  1. La verdad que me encantaria poder visitar mendoza, sobre todo las bodegas, en cuanto pueda este verano o el invierno que viene agarro la Hilux y me manejo hasta alla

    ResponderEliminar