María de los Angeles hoy quiere ser la Pelusa
Hoy se levantó con ganas de seguir abrazada a la almohada, más que eso, en le oficina le dijeron que se la trajo pegada a la cara.
No tiene ganas de ir a la presentación del nuevo comercial ni se siente capaz de volver a la casa, hacerse el brushing, maquillarse, colocarse su vestido rojo, sus aros enormes, su sonrisa imperial ni menos que menos sus stilettos rojos, esos que la instalan en el panteón de dioses.
María de los Angeles hoy quiere ser la Pelusa.
La menor de los cuatro hermanos, la mascota de los primos grandes y la única nena del barrio que jugaba al fútbol, eso si, la mandaban al arco.
Cuando Juan le manda el mensajito recordándole todo, todo lo que Pelusa, digámosle ya así, sabe, lo importante que es estar siempre donde hay que estar, ella no contestó.
Juan dejó pasar un rato y luego volvió a mandarle un mensajito:
"Pelu, ¿adónde tenés ganas de ir?"
Por eso lo ama a Juan, siempre pregunta lo que hay que preguntar:
"A comer pizza de muzarella con fainá y un vaso de Moscatel".
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