Caprichosa,
ciclotímica, difícil de convivir, la rutina la pone loca, salta de su
sesión de Reiky a entrenar duro en el gym para buscar su centro perdido.
Como al Pinot Noire la salvan las fiestas y las
burbujas del champagne y o espumante.
Ahí, jazz, vinchas con plumas, brillos, muchos brillos, bailar el charleston y decir...
"A reir, que mañana es otro día y nadie sabe que nos trae".
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