Una
es la Marisul, su mujer, que sigue siendo su novia y que sigue siendo
esa compañerita de banco que siempre lo peleaba, al que dejó de ver, por
esas cosas de la vida, muchos años y un día, por esas mismas cosas, la
volvió a encontrar y entonces no dudó, se dijo:
"Es la mujer de mi vida"
Las otras que lo vuelven loco son las levaduras salvajes de su viñita.
Como
con la Marisul nunca se pueden hacer planes
seguros, un día vuelve a la casa y la Marisul decidió cambiar de lugar
los muebles o teñirse un mechón azul, otro día la fermentación se
detiene en plena noche y hay que salir a las apuradas a hacer lo que hay
que hacer.
Cuando los amigos, por enólogos o por amigos le preguntan por qué no hace como todos, Simón les dice:
"Porque yo no quiero que ni mi vida ni mi vino sean como el de todos"
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