Hay un momento en donde el no sé cómo seguir, no me alcanza lo que tengo, seguir como vengo no sirve, donde uno murmura una plegaria a los dioses.
Les pedimos que estén atentos a nosotros, que nos elijan.
Algunos compran un billete de lotería, juegan al loto, la quiniela o van al casino.
Otros se empecinan en creer lo que necesitan creer y encuentran alguien que les dice lo que ellos quieren escuchar.
Alcanza eso para que nos elijan los dioses, y obren en consecuencia...
No será que los dioses, tradicionales en eso, nos reclaman, para atendernos, gestos, decisiones, historias a la medida de ellos.
Juan lo sabe y lo dice siempre...
¨ Conocerla a Beatriz fue lo mejor que me pasó en la vida ¨
Ahora están separados, cada uno da la misma explicación, mientras hacen cuentas ...
¨ Él, o ella, no me dan lo que yo doy ¨
Alguien tendría que decirles que justamente de eso se trata negociar con los dioses, mucho más los del amor.
¨ Dar siempre más, porque sí, porque esa es la ofrenda que piden los dioses ¨
Uno termina entendiendo que los dioses no se ocupen de la mayoría, se aburren de tanta miserabilidad.
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