sábado, 13 de octubre de 2012

Las razones que tendrá María

 
Cuando María tiene razón, o cree que la tiene -vaya por la diferencia- es mujer difícil de manejar, y no se distrae.


 
Empieza por la mujer de la otra pareja a la que Octavio miró, como siempre mira y ya está allá, en la fiesta de graduación en donde Octavio bailó con todas y vaya a saber qué les decía que todas reían.

Octavio se calla, pide un lomo a la pimienta con papas a la crema y le señala al camarero el vino, Cabernet Sauvignon, joven, lleno de frutas y un dejo a nuez y pimienta blanca, sólo para amenizar la pimienta del lomo y levantar la crema. Le agrega a María esa actitud que necesita.


Los primeros bocados la encienden aún más a María, hasta que toma el primer trago, ese que un poco calma la sed y otro poco le discute a las especias dejándole las ganas de más, de más carnes, de más papas y de más vino.


De a poco María, suerte que tiene es de buen apetito, puede con su lomo y sus papas y su algo más que la mitad de este Cabernet Sauvignon de Primera Zona, sin madera ni tiempo de estiva.


Y ahí si la mirada se le llena de luces de mucha más gula: 

ahora lo quiere a él.

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