Federico sale de la oficina y se toma su tiempo para llamarla a Marina, su
esposa, no le gusta hablar -aún con el manos libres- entre el bullicio
de los autos y las bocinas, recién cuando entra a Panamericana hace la
llamada de todas los días.
Marina, en el country, espera la llamada de Federico para decidir qué preparará para la cena.
Si Federico, cuando
ella le dijo:
"¿Y qué tal?"
Le contestó:
"Yyyyyyy"
Significa que las cosas no andan tan bien.
Si en cambio dice:
"Sí, si, siiiiiii"
Por supuesto, la vida es un regalo y suerte que tienen que les tocó lo mejor.
Marina tiene cuarenta minutos para preparar la cena.
Si hoy tocó un "Yyyy"
Abre
una latas de machas que trajeron de Chile, un poco de manteca y queso
Sardo y al horno, y una botella, fría, de Sauvignon Blanc que todavía
guarda los sonidos del mar de Zapallar.
Si hoy tocó un "Sí, sí, sii"
Prepara
una carne mechada con panceta y muchas hierbas y una salsa espesa, que
necesita de un Cabernet Sauvignon con todos los aromas de los frutos de
un bosque patagónico.
Cuando
Federico entra a la casa tiene dos sorpresas, una la de la comida y el
vino, ya sea el Sauvignon Blanc que abre la alegría o el Cabernet
Sauvignon que un premio al guerrero victorioso, la otra que ya Marina
tomó
la primer copa.
Federico no puede no sonreír, feliz, Marina le ofrece su propia embriaguez para que él así se decida a buscar la suy. Nada menos.
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