Al mahumor de María de los Angeles no le entran explicaciones ni ruegos.
Pero todos saben, y mejor sabe Juan, que nada mejor que las reconciliaciones.
Ya no se acuerda si alguien se lo enseñó o fue casualidad, pero nunca falla...
Juan
le susurra que tienen algo que festejar y pide una botella de espumante
tardío Norton. Ese que hicieron con uvas enfurruñadas que insistieron
en quedarse ahí, en la planta, a puro sol.
María de los Angeles, golosa por las burbujas y el dulzor cede en sus enojos y, una vez más le pregunta qué festejan...
La respuesta es obvia:
"Festejamos que volvió tu risa"
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