Juan nunca va a olvidar las risas de María, su casi compañera de
banco; se sentaba cerca pero no tanto, cuando María reía Juan sentía que
todo sucedía ahí, pero nunca se decidió a reclamar ser el dueño de esas
risas, aunque fueran de puras burlas.
Cuando Juan tiene un
Sauvignon Blanc sabeque,igual que con las risas de María, no lo puede
hacer esperar, seis meses, es tiempo; un año, demasiado.
Juan
está atento a risas como las de María y a aromas como los del Sauvignon
Blanc que, cuando le tocan, sabe que vienen con fecha de vencimiento.
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